Una aplicación representa un software y/o una presentación de tu comercio.
Por ejemplo, tu sitio web es una aplicación. Si además ofreces una aplicación móvil a tus clientes, la registrarías como una segunda aplicación.
Puedes modificar la configuración para controlar el aspecto visual de la página de pago de deudas creadas para la aplicación y cuáles servicios aparecerán como opciones de pago al cliente.
Si quieres automatizar el ciclo de cobro, tu software debe identificarse con el apikey de alguna de tus aplicaciones e implementar un webhook para recibir las notificaciones de cobro.